¿Cuánt@s me visitan?

miércoles, 14 de agosto de 2013

Vuelta al Aneto (27/07/13)

Creo que fue Oscar el que nos lió para volver a Benasque. Ya participamos  hace dos años en algunas carreras por el parque natural Posets-Maladeta, y correr por aquellos lugares es una pasada. La pega es que la organización cobraba una pasta para regalarte una mochila (o camiseta), y tener solamente algo de avituallamiento en meta y una pasta-party al día siguiente. Pero este año la organización ha cambiado, el precio es bastante razonable... así que le pregunto a Kiko si quiere que pasemos unas mini-vacaciones en Benasque y aprovechemos para correr alguna de las carreras. La respuesta  es positiva, con lo que tanto nosotros como Silvia, David, Jorge, Oscar... y otros tantos amigos  de Alcoy nos plantamos el viernes en Benasque. Recogemos dorsales (nosotros no llegamos a tiempo, nos los tienen que recoger), y vamos al apartamento. Apartamentos muy cerca de la salida/meta; y tras cenar bajamos a ver la salida de los cerca de 260 corredores que afrontan el Gran Trail, de 120 km. De ahí a la cama, que David y yo madrugamos mañana. 

La salida de la vuelta al Aneto es a las 8 de la mañana, los demás que hacen el Maratón de las Tucas pueden descansar un poco más; ya que salen a las 10. Somos unas 600 personas las que vamos a intentar correr 62 km por estas montañas. Dan la salida; los primeros km son por carretera dirección Cerler. No podemos ir por senda porque está destrozada de la riada de hace poco más de un mes. Pasamos por una casa con las ventanas colgando, de mitad ventana hacia abajo el agua había acabado con ella. Increíble la fuerza que tiene el agua. Nos incorporamos a una pista, seguimos corriendo hasta llegar a una sendita donde se hace un poco de tapón. Volvemos a salir a la pista que nos llevará a Senarta. La primera parte del recorrido es idéntica  a la  carrera de Las dos caras del Aneto que había hecho hace 2 años con Silvia. Y recuerdo que en la pista, aunque picaba hacia arriba, intentamos correrla entera; a un ritmo lentito pero constante. Algunos de los corredores se acoplaban detrás diciendo: "este es el ritmo". Y es que las mujeres para esto de los ultras, sabemos llevar el ritmo, jejejeje. Recordando estas palabras, y sonriendo, intento correr el máximo posible en la pista, echando de menos a mi compi! ;) Avituallamiento en el km 13, donde hay agua, frutos secos y barritas (tal y como indicaba en la web). Había también un par de sandías, pero los voluntarios se veían desbordados y no daban abasto cortando sandía y poniendo agua. Así que nos quedamos con ganas de algo de fruta fresquita.

Dejamos la pista y empezamos la subida, una subida continua con algunos tramos de piedra, que nos llevarí a Ballibierna. Debido a que no ha hecho mucho calor  en los últimos meses, aún queda alguna pala de nieve; que la pasamos sin ningún tipo de problema. Somos bastante gente yendo al mismo ritmo, es una hilera de corredores los que pasan sin cesar por el collado. En este punto hay un control, donde se pasa el chip y además se anota el dorsal. Una vez arriba, tras 1700 m. de subida y 18 km, sólo bebo un poco de Energético de Limón; me noto fuerte y no me hace falta más de momento. La primera bajada es por una pala de nieve, así que me dejo caer "esquiando" y con alguna caída de culo que hace que me refresque un poquito. Tras pasar la nieve llegamos a una bajada algo técnica, pero corredora. 

Se hace bastante tapón, hay gente que ha subido más rápido pero que no tiene técnica bajando... cada uno es bueno el algo! :) Tiro detrás de un chico de Mallorca , y as? vamos pasando gente. Me gusta la bajada, y siempre que no empuje a nadie, si puedo adelantar, adelanto!! Llevamos unos 20km de carrera y 4h; contando que ya hemos hecho casi la mitad de desnivel positivo previsto; es posible acabar en 12 horas... (eso creía, que ilusa). Corriendo hacia abajo, y algo hacia arriba llego al segundo avituallamiento, acompañada esta vez de un chico de Elda.

 Él se queda allí esperando a Rosi, su compañera. Yo cojo frutos secos, relleno el bidón (con agua de la organización que acababan de coger de un torrente, ya que la que traían embotellada se les había acabado), y empiezo la subida en zig-zag para salvar un pequeño collado. 

La bajada es algo menos corredora, con lo que bajo más tranquila. Llaneamos un poco, y llega otra bajada que es algo más peligrosa, por la cantidad de barro, raíces y hojas que hay. Un resbalón es lo más fácil, y eso contando que no te tuerzas un pie. Por tanto, sin prisa pero sin pausa voy bajando hasta llegar al punto más bajo, cerca de 1600 m. donde hay un control de paso. Empieza de nuevo la subida,  bastante empinada.  Me noto algo fatigada porque hace bastante calor. No descuido las sales cada 1-2h, y cuando voy a tomarme una veo que me falta agua. Así que paro a rellenar el camel de un torrente (y ya veremos cómo está mañana la barriga!!). Tras subir un rato, llegamos a una zona de bloques de piedra grandes, donde las personas pequeñitas como yo tenemos algunas dificultades más; tanto para subir (porque no nos llegan las piernas), como para bajar, donde hay que sentarse y bajar con cuidadín. En este trozo llego a apagar y encender 3 veces el gps; no me cuadra que llevemos mucho rato pasando piedras (con la sensación de estar subiendo), y que de los 2000 m no pasemos. ¡¡Que hay que llegar a 2800 otra vez!!

Cruzamos un río, donde hay gente que aprovecha para refrescarse los pies y descansar un poco. Y tras este río, viene la subida importante; que nos llevará al collado de Salenques. En esta zona, pronto empezamos a pisar nieve, con tramos de roca. Se hace muuuuy larga la subida, parece que no llega nunca el collado. Piedras en las que hay que ir saltando (o escalando) y muchos neveros con bastante pendiente.
 Agradezco el llevar bastones, ya que hay algunos a mi alrededor que no los llevan y se pegan un par de resbalones que podrían acabar muy abajo. Mientras subimos, nos cruzamos con un montañero que baja (equipado con botas, crampones, piolet, abrigado...); y nosotros con pantalón corto, tirantes, zapatillas  de deporte... en fin, que Kilian ha hecho mucho daño ;)
El último tramo es algo peligroso, y es donde hecho en falta seguridad por parte de la organización. Algún trozo equipado con cuerda, pero que considero que no es suficiente para las condiciones de la zona. 

Por fin alcanzo el collado, y al pasarlo y resguardarme del fuerte viento, me siento  para comer algo sólido. Mientras pego el mordisco al bocadillo de jamón, miro el reloj: ¡¡Las 17.25h!! Llevamos casi 10 horas de carrera y sólo he “corrido” 35 km!!! Bueno, con suerte la bajada se puede correr y ya sólo queda alguna subidita. Pues... no, no se puede correr en los próximos 5km (que se convierten en más de 1h). Seguimos por neveros y pedruscos, cruzando ríos... Un rato está bien, pero taaaaanto, cansa. Y más en mi cabeza, ya que yo venía con otra idea. No quiere decir que no pueda hacerlo (he hecho la skyrunner de Carros de Foc y Cavalls  del Vent); pero el problema es que no venía preparada psicológicamente, y pensaba que en unas 12h lo tendría hecho. Como he dicho muchas veces, es más del 60% en lo que manda el coco.

No queda otra que seguir, así que continuamos bajando; cuando oigo un ruido que me parece un trueno. Anunciaban tormentas a partir de las tres de la tarde, y son casi las siete... así que poco me sorprende. Sigue tronando y empieza a llover y granizar. Esto último no me molesta, pero la tormenta sí que me da respeto (más que respeto, a 2000 m de altitud, lo que me da es mucho miedo). Las piedras mojadas resbalan, hay que ir con mil ojos y dos piernas (o lo que quedan de ellas).  En este rato coincido con bastante gente, nos hemos agrupado, y aunque no nos vemos las caras por estar tapadas con el chubasquero,  la compañía se siente. Me preguntan qué tal voy, y la verdad es que de piernas y fuerzas voy bien... pero estoy hasta las narices de esto. Sí, es una situación que no me había pasado nunca. Otras veces reventada me he preguntado que quién me manda, que no me vuelvo a apuntar a una de estas... pero esta vez estaba bien. Simplemente, no me apetecía seguir allí. Así de simple (y complicado de aceptar por mi parte).

Llegamos al Pla de Aigualluts, y hay que cruzar un río para subir al refugio de la Renclusa. Lleva rato lloviendo, con lo que el río está algo más crecido que antes. Bueno, pues ya que estamos mojados de cintura para arriba, vamos a mojarnos de cintura para abajo. Y literalmente eso me pasó. El agua me cubría hasta la cintura, incluso me desequilibré por la fuerza de la corriente, pero un chico que venía detrás me dio un empujoncito y enseguida “salí  a flote”. Al día siguiente me enteré que la chica de Elda lo pasó bastante mal ya que la corriente llegó a arrastrarla, y que los que llegaron detrás ya no les hacían cruzar el río ni subir a la Renclusa por allí, por seguridad. Tendrían que haber previsto algo alternativo, o cortar antes de llevarse esos sustos...

Nada más cruzar el río veo de lejos a un chico de la organización. Le pregunto que dónde me puedo retirar, y me indica que (lamentablemente) he de volver a cruzar el río y seguir las marcas hacia abajo para llegar al avituallamiento. La gente con la que me cruzo me dice que no abandone, que continúe... pero hace mucho rato que he dejado de disfrutar, y con la tormenta y sabiendo que Kiko estaría en meta preocupado por mí; sé que no voy a disfrutar esta carrera. Incluso se me pone un nudo en la garganta al oír mis palabras cuando lo comento con los demás, pero sé que estoy haciendo lo correcto.

Sigo el sendero lleno de vacas  (otra de mis debilidades, sé que no van a hacerme nada... pero son tan grandes y se empeñan en estar en medio del camino!!!). Así que entre los truenos y las vacas, bajo que me las pelo. El sendero lo conozco, ya que hace unos años estuvimos Kiko y yo por la zona, pasando Aigualluts para llegar al Tuc de Mulleres. Con ese recuerdo voy recorriendo el caminito, aunque no dejo de oír truenos y contar los segundos que tardo en ver el rayo.  Algunos estaban cayendo muy cerca, ya que prácticamente iban a la par, con lo que me empiezo a obsesionar con los bastones. Puntas metálicas, bastón metálico... Mi vida vale más que los bastones (que eran de los baratos de Decathlon y están más que amortizados); así que en uno de esos que cae tan cerca, dejo los bastones al lado del camino (para que al día siguiente cualquier caminante se los pueda quedar de souvenir), y empiezo a correr mucho más. Por fin diviso el avituallamiento, lleno de gente resguardándose de la lluvia. Me ven y empiezan a aplaudirme, y yo de lejos diciéndoles que no me aplaudieran, que me iba a retirar!! (eso también se me hizo duro). Allí estaba Carlos Cervera, que participaba en el Gran Trail y debido a la dureza y a las condiciones tuvo que retirarse también. Estaba con otro chico esperando que pasara su madre, que participaba en la vuelta al Aneto. Yo estaba congelada, así que me acogieron en el coche y allí esperamos un rato. Pensaba que habría algún vehículo para bajar a Benasque si te retirabas, pero había que esperar al autobús para bajar (creo que el turístico, y no sé si se tenía que pagar... :-/ ).

Tras esperar un ratito, decidieron amablemente bajarme a Benasque, cosa que le agradezco enormemente ;-) Mi carrera había acabado, tardé 12h en hacer 42 km. No serán los 42 km más duros que he hecho (ya que Carros de Foc se las trae), pero las condiciones con nieve, lluvia y granizo sí que dificultaron más la carrera.

Nada más tener cobertura me entraron 2 mensajes de Kiko que me había llamado. También recibí muchos mensajes de ánimo de otros Aper's y de algunos amigos y familiares. Fui hacia la zona de meta y allí  encontré a Kiko; qué alegría! :-)))  Me duché, y fuimos hacia el bar donde estaba el resto de la expedición alcoyana y muchos más amigos. Me preguntaban y a todos decía lo mismo: había dejado de disfrutar hacía mucho rato. Y no me quería perder la cena con todos, que me contaran cómo les había ido su carrera, y planeáramos nuevas carreras ;)


La decisión que tomé no es fácil, ya que me encontraba bien de fuerzas y la parte más difícil la había hecho ya. Pero sé que ser finisher de esta carrera no iba a aportarme nada, y sí que podía traerme cosas negativas a mí y a la gente que estaba pendiente de mi carrera. Sé que voy a volver a hacer la carrera, preparada psicológicamente para estar esas horas en carrera y sabiendo la dureza del recorrido. Pero yo esto lo hago porque disfruto y soy feliz durante y después de la carrera; continuar no me iba a aportar nada. Sin embargo, al retirarme tras esos 42 km, fui feliz al llegar a Benasque y abrazar a Kiko y ver su sonrisa. Y su sonrisa me da la felicidad  ;-)