¿Cuánt@s me visitan?

miércoles, 25 de junio de 2014

Emmona Ultratrail (14-06-2014)

Si me hubieran dicho a principios de este año que iba a ser finisher de esta prueba, no me lo habría creído. Más que nada porque no pensaba inscribirme, menuda bestialidad!! ¿Tanto desnivel en "solo" 110km? Pero preparando la Ehunmilak y con ganas de ponerme a prueba, no lo dudé en cuanto vi por el FB de la Emmona que quedaban 30 dorsales para los que más prisa se dieran. Y allá que fui, inscrita en 2 minutos y aún flipando con lo que acababa de hacer... Pero me autoconvencía diciéndome a mi misma que iba a ser un gran entreno para las 100 millas.

Viernes 13 de junio, marcho hacia Villena para encontrarme con Miguel Flor y Rai, con quienes compartiré km en carretera y algunos en montaña también. Llegamos por la tarde, recogemos dorsales, asistimos a la charla de nutrición de dos grandes corredores: Teresa Nimes y Arnau Juliá bajo algunas gotas de lluvia.


Posteriormente vamos al briefing de la prueba (que tuvieron que cambiar de sitio por el chaparrón que cayó). Explicación de temas de seguridad, recorrido, previsión meteorológica... por favor que no truene!

Tras la explicación, vamos a la cena que habían preparado por 7 euros. Ensalada de pasta, pechuga de pollo, pan, bebida y de postre sandía y gelatina. Miguel y Rai se dan prisa porque quieren ver el fútbol, y yo me doy prisa para dormirme antes de que lleguen a la habitación (hay rumores de que Rai ronca un poco...).


4:45 de la mañana, suena el despertador y me levanto rápidamente. Llevo un rato medio despierta oyendo por fuera a otros corredores. Desayunamos algo rápido en la habitación, nos cambiamos y vamos hacia la salida. Yo dejo una bolsa con ropa para cambiarme en Planoles, km. 72. Nos acompaña también Juan González, de Mataró. El paseo donde dan la salida está abarrotado de gente, salimos conjuntamente los que hacen el Maratón (que no es maratón, son 48km) y los del Ultra. Se respira ilusión y nervios.


Primeros km corredores, salvo algunas subidas donde en fila de uno vamos pasando. La carrera puede dividirse en 6 km verticales de subida y bajada, aproximadamente. Y el primero lo empezamos pronto, y empezamos fuerte, unos 1300m positivos. A mitad de subida tenemos un avituallamiento con líquido y algo de fruta, yo cojo un poco de sandía (o naranja, no me acuerdo bien) y sigo subiendo. Empieza a salir el sol y las vistas son preciosas! Me encanta correr por aquí!! (Bueno, de momento, caminar, jejeje).
Llegamos a Puig Estela, primera subida vertical superada. Cresteamos un poco por una zona fácil y llega la famosa bajada resbaladiza; con una pendiente importante y llena de hierbas bajas y húmedas. Estoy casi segura que nadie pasó por allí sin caerse ni una vez, yo si no perdí la cuenta lo hice 6 veces... bien, mientras no te hagas daño era divertido.  Todos recordábamos la carrera que hay para coger un queso!



Tras esta parte de más pendiente, llegamos a una pista donde alcanzo a Miguel y ya vamos juntos hasta Pardines; primer avituallamiento sólido.
 

Son casi las 9 de la mañana y tengo algo de hambre y sed: coca-cola, sandwich, membrillo y frutos secos. Hay que coger fuerzas que viene otra buena subida y el calor aprieta. Al salir de Pardines vamos juntos Juan, Rai, Miguel y yo; pero conforme empieza a empinarse el recorrido, cada uno toma su lugar.


Primero pasamos una zona de bosques, donde se está bastante fresquito, pero hace mucha humedad y no dejo de sudar. Bebo sin parar para no deshidratarme, pero empiezo a notarme sin fuerzas. Después salimos a una zona más abierta de prado y con mayor pendiente, y me cuesta mucho subir. Miguel está muy fuerte y va delante. Casi al final de la subida me alcanza Juan pero yo estoy bajo mínimos, necesito llegar al avituallamiento y sentarme un poco a recuperar. Me he encharcado y no me entran alimentos, al igual que me pasó en la Quixote, pero lo malo es que aquí solo llevo 24km... Empiezo a pensar en negativo, acabo de empezar!!! Pronto quito ese pensamiento de la cabeza, ya que parece que llegamos arriba (donde esperaba ver el avituallamiento), pero no está. Juan que va delante me avisa que en una pequeña bajada está, así que ya veo la luz. Llego y Miguel está allí, él ya ha cogido fuerzas. Yo no tengo hambre, sólo quiero sentarme. Me trae coca-cola para recuperar y algo de agua para refrescarme la cara y la nuca. Después de un rato obligo al estómago a comer frutos secos. Llega Rai para coger fuerzas también y una vez estamos algo mejor, continuamos el camino. Miguel y Juan han tirado delante.

El siguiente objetivo es el Coll de la Marrana, siguiente punto de avituallamiento. Para ello, subimos un poco y llaneamos hacia el collado de Tres Pics; me voy encontrando mejor y puedo correr. Bajada hacia el valle de Coma de Vaca (en el refugio estuvimos hace unos años Kiko y yo en verano haciendo una travesía), y después remontamos el valle con la mirada puesta en Bastiments. Por todo el valle vamos casi en fila de uno, el ritmo es cómodo y tampoco es lento, así que voy bien. La última parte hacia el Coll de la Marrana se empina muchísimo y con la ayuda de los bastones voy subiendo bien. Aquí alcanzo a Miguel, y en el collado estamos unos minutos bebiendo y comiendo (unos croissants de chocolate que estaban de muerte). Mientras comemos vemos el Bastiments, con alguna pala de nieve aún a la vista.




Llegamos al pico y aprovechamos para hacernos un selfie, con algo de frío. Control de dorsal, llevamos casi 8 horas de carrera y 37km. A partir de aquí empieza la zona más técnica e impresionante de la carrera. Faltan ojos para ver todo lo que hay alrededor.





Empezamos a crestear hacia el pico del Freser, caminando y trepando con pies de plomo hasta el Pico del Infern (donde nos hacen subir... para nada, vamos, lo que diríamos que es una tontería!). Pero las vistas de allí son una pasada.

 

Tras coronar el Infern el terreno es algo más sencillo, pero hemos tardado más de 1h en recorrer esta zona de poco más de 1 km.
 
Seguimos encadenando picos y collados (Noucreus, Pic de l'Áliga...) y por fin la palabra mágica: ya es todo bajada hacia Nuria!! Y encima pinta muy disfrutona, y eso hago, disfrutar!
Foto de Quim Farrero de la revista Trail

Llego al punto de control en 10:15' (meta de la “Maratón”). 
 

Aquí hay avituallamiento sólido, cojo algo de ensalada de pasta, pan, membrillo, fruta, chocolate... y llamo a Kiko. Le comento que voy bien y con muchas ganas, que voy hacia el Puigmal. Al salir me encuentro con Miguel que acaba de llegar, pero ya me estoy enfriando y prefiero tirar yo.

En este punto disminuyen los participantes, unos por finalizar su maratón, y algún otro por abandono. Por lo que ya somos menos los que enfilamos la dura subida hacia el punto más alto de la carrera. De hecho, en la subida voy completamente sola; y conforme vamos subiendo y el sol va cayendo, hace más frío. Saludan unos voluntarios metidos en una tienda de campaña que no sé cómo aguantó el viento que hacía allí; yo me tuve que poner los guantes y el buff de invierno (la chaqueta hacía rato que la llevaba). Pero mientras no pares, no hay problema. A diferencia del año anterior, no subimos directamente al Puigmal, sino que ya que estamos allí, quieren que conozcamos todos los picos cercanos. Cuando estoy en el primer pico, enciendo el gps para conocer la altitud a la que estoy (lo llevo apagado todo el rato, sólo lo enciendo a ratos o en las subidas). Voy mirando el perfil (que viene en el dorsal) y la altitud que me marca en la chuletilla que me he hecho.

Aún no estoy ni a 2800m, y mirando a mi alrededor veo que el pico más alto está aún bastante lejos. “Jessi, hazte a la idea que ese es el Puigmal; si lo encontramos antes, pues mejor”. Me digo a mí misma, prefiero ponerme en el peor caso, jejeje.
Por fin el Puigmal se ve algo más cerca


Mucha zona de piedras, crestas, algún nevero... Total, que no me equivoco en nada! Tras 3'5 horas desde haber salido de Nuria, y solamente habiendo recorrido 10km, veo la cruz que indica que estamos en el Puigmal y a 3 voluntarios en el control de paso. Una de las voluntarias muy alegre con una florecilla me ofrecía un chupito de cerveza, desde luego, iba a estar fresquita! Se agradece el recibimiento y el ofrecimiento, pero mi cuerpo no está ni para una gota de alcohol! Bajada algo técnica al principio y luego un poco más suave hasta llegar a Fontalba (tardo casi 1 hora en bajar esta zona de casi 1000m negativos). Este avituallamiento está dentro de una carpa, donde los voluntarios se ven obligados a estar aguantándola porque literalmente, se volaba. Tengo hambre (hace 4 horas que comí algo), así que un par de sandwiches y unos cuantos trozos de... tortilla de patata!!! Nunca había comido una que me supiera tan bien! Recién abierta del envasado al vacío, fría, y con mis manos sucias... deliciosa! Hablo con Kiko, llevo desde el km 25 con un ligero dolor de rodilla y no se va; aunque tampoco va a más. Le digo que he decidido que si al llegar a Planoles me duele más (me queda casi otros 1000m de bajada), me quedo allí. No quiero tomar nada que enmascare el dolor, si el cuerpo avisa es por algo, y esta no es mi carrera objetivo. Me dice que hago lo correcto, y que cuando llegue a Planoles le avise. Son unos 10 km, primero llaneamos bastante (con algunas pequeñas subidas), una bajada algo más larga hasta cruzar el río por un puente. Ahora viene un trozo de subida y nos adentramos en una zona boscosa, por lo que me pongo el frontal. Prácticamente voy sola todo el rato, aunque nos vamos alcanzando algunos corredores. Última bajada más larga hasta Planoles, llegamos al pueblo y callejeamos un poco hasta dar con el polideportivo. Bien, ya llevamos 72 km y 17 horas y la rodilla no ha dado más guerra!!

Avituallamiento de Planoles

En este punto de control está la bolsa que he dejado esta mañana con ropa limpia. Voy planificándome antes de llegar. Para no relajarme demasiado, ceno de pie algunas tostadas con tomate, salchichón, membrillo... mientras hablo con Kiko. Le digo que estoy fuerte y con ganas de seguir, y él me apoya desde la distancia; aunque me dice que intente ir con Miguel durante la noche. Los voluntarios y voluntarias en este punto encantadores (no tengo queja en ninguno de los demás, eh?). Me cambio de ropa, lleno bidones, me hago medio café con leche (no había azúcar!!), y tras casi 1 hora allí esperando a ver si llega Miguel, decido salir. En la salida me encuentro con Lluis y su equipo, acaban de llegar. Les pregunto que cómo van, y me dicen que bien; así que me despido hasta el próximo avituallamiento (o antes si me cogen).



En el control antes de salir revisan que llevemos el material mínimo obligatorio, son las 12 de la noche y vamos a subir a una altitud de 2000m, con mucho viento. Yo lo llevo todo, y algo asustada, lo llevo casi todo puesto... qué bestia soy. Empieza una subida por una senda cerrada, muy empinada; y empiezo a sudar de lo lindo. Voy quitándome el buff, los guantes, me abro el goretex... pero me han asustado tanto bajo, que no me atrevo a quitármelo!! Me alcanza un chico, y le digo si quiere pasar; que va mejor que yo. Dice que mejor si vamos juntos, si no me importa, y yo lo agradezco. Hablando y en compañía las horas con frontal pasan más rápidas. Juanlu, que viene muchísimo a entrenar por la zona, así que se lo conoce bastante bien. Tras la fuerte subida del principio, seguimos subiendo ya por prado abierto pero con menos pendiente. El viento pega fuerte y nos abrigamos antes de llegar al punto más alto. Bajada cómoda hacia el refugio de Prats, donde hay otro avituallamiento. Bebemos y comemos algo, y nos alcanza una pareja mixta, con Gemma que también coincidimos en el UT de les Fonts. Al llegar a Campelles empieza otra bajada técnica y resbaladiza que acaba en Ribes de Freser. Son las 4 de la mañana cuando pisamos sus calles y nos encaminamos hacia el pabellón donde está el punto de control (nos perdemos un poco antes de llegar). No tengo hambre, así que me hago un café con leche (aquí sí que había azúcar!!), y Juanlu se toma un caldo. Llegan Lluís y sus amigos, uno de ellos un poco tocado, pero que con un poco de descanso será finisher. Estamos en el km 89, “sólo” faltan 20 km y 1000m de subida. Sin relajarnos demasiado salimos de allí, con ganas de coronar el Taga y correr por sus faldas hacia Sant Joan de les Abadesses. Pero para ello aún habían de pasar unas cuantas horas.

La subida comienza por pista, bastante suave, donde vamos caminando. Casi cuando empieza a amanecer llegamos al prado donde aquí ya no hay piedad y nos lleva hacia la cima lo más directo posible (con la mayor pendiente también, claro). Guardo el frontal, qué alivio!


Las luces del amanecer alrededor dejan unos colores preciosos... es la segunda vez que veo amanecer hoy!!! (claro, para mí he empezado la carrera esta mañana, aunque realmente fue ayer). Conforme ascendemos y se hace más de día el viento es más frío y más fuerte. No saltaba ni corría para que el viento no me llevara, y no es broma; yo hacía fuerza con las piernas hacia el suelo!!! Juanlu va delante avisándome de lo que falta, creo que me dijo que este año ya ha subido unas 12 veces al Taga y aún le faltan unas cuantas más; así que casi lo puede hacer con los ojos cerrados. Una vez llegamos al pico, no se puede ni estar allí y encaramos la bajada.
 
Paramos en una ladera a que Irina nos hiciera una foto (otra campeona) y corriendo hacia el avituallamiento del Coll de Jou, unos 400m más abajo y mucho más resguardado. Son las 7 de la mañana aproximadamente cuando llego. Tengo hambre (qué raro! No he parado de comer!!! jejeje), así que a comer y a seguir corriendo. Poco más de 13 km quedan hasta meta y yo ya llevo las pilas puestas. Primero una bajada por asfalto donde quiero (y puedo) correr, así que me despido de Juanlu que prefiere reservarse para las zonas de senda.

Sigo la carretera y no sé en qué punto las señales se desvían hacia un sendero. No me doy cuenta, así que me extraño de no ver marcas por donde voy. Miro hacia todos los lados y veo que van varias marcas por la izquierda (vienen de atrás). Bajo un margen para coger el sendero y empiezo a seguirlo. Pero no estoy del todo segura que sea por aquí... y equivocarme en los últimos km no me apetece nada!! Dudo en si las marcas serán las de la mañana (realmente las del día anterior), pero intento situarme y creo que por ahí no subimos. Aunque la mente no está del todo lúcida y sigo dudando. “Las marcas tienen reflectante, y en la salida era de día, así que la única razón que hay es que sea por aquí el camino hacia meta”. Me auto-convenzo, pero queda la pequeña duda!! Me paro y miro las huellas de las zapatillas (llegar hasta ese extremo!!!), a ver hacia donde están encaradas. Vale, voy bien. Llego a un punto donde salgo a la carretera para cruzarla y justo pasa un coche. Para, baja la ventanilla y me dice: “vas mal, te has perdido”. Vaya, lo que me faltaba para estar más segura... “pero voy siguiendo las señales!”. Y se las enseño y me dice que continúe, que voy bien. Bueno, pues ya sea lo que sea; pongo el acelerador y lo doy todo bajando. Eso creía yo, que era todo bajada; habían unos cuantos repechones! Con los bastones impulsándome, consigo subir corriendo hasta estos trozos en subida. ¡¡Estoy flipando!! Lo que hace la mente! Paso por el último avituallamiento líquido, y pregunto si hay punto de control de dorsal. Me dicen que no, así que ni paro. Menuda bajada por senda más divertida, estoy disfrutando muchísimo!! Otro tramo de subida y llaneo... No veo nunca Sant Joan!!! Me llama Kiko por teléfono: “Debo de estar a un par de km, ya lo tengo!!!”. Me da ánimos y la enhorabuena y continúo corriendo. Por fin veo el pueblo, llegamos a una especie de vía verde llana, y no paro de correr. Adelanto a algunos corredores que van caminando ¡¡Ya lo tenemos!! les grito. Y sí, ya lo teníamos. Subida por el puente por donde 27h antes habíamos salido y encaramos la meta. Hay poca gente por la calle, pero aplauden con fuerza. Me empiezo a emocionar, y no quiero llorar. Trago saliva. Última curva y cruzo la meta... síiiiii!!!!! Conseguido! 26H58'57''
Sensaciones muy dispares: emoción, tristeza al no ver a nadie conocido en meta, algo de desamparo por parte de la organización... y el wasap que empieza a sonar. La Kuadrilla me estaba siguiendo, Esteban también, Chiqui, Raquel y Lore... llamo a Kiko y le digo que ya estoy aquí!!! Aunque Kiko me dijo luego que ya no estaba tan eufórica como unos km antes de meta, me relajé un poco. Recojo la camiseta y la bolsa, y aparecen Miguel y Rai. Ambos habían terminado su Emmona en Planoles; Miguel por la rodilla y Rai por solidaridad. Me dan la enhorabuena y me acompañan al hostal por si quiero descansar y dormir algo. ¡¡¡Si no tengo sueño!!! Me ducho y vamos a desayunar un zumo, tostadas y un cola-cao (soy incapaz de tomar las butifarres que dan en meta a estas horas).

Recogemos todo el equipaje, cargamos la furgona y vamos hacia la zona de meta a hacerme una foto con el escudo de la Emmona. Ahora sí que hay mucha gente entrando a meta, algunos con los que tanto Rai como Miguel habían compartido km, así que estaban algo desanimados.

Vi que había quedado 6ª de mi categoría y 8ª de la general, así que tras algunas fotos nos subimos de vuelta hacia casa. Por el camino, una chica que entró detrás de mi me avisa de que no recogí el trofeo de 3ª sénior (las 3 primeras se llevaban trofeo de absolutas, y las 3 de detrás el de sénior). Qué rabiaaaaa!!!! Pero contentísima con lo que había conseguido, es algo que me da mucha más seguridad de cara a la Ehunmilak.

Emmona Ultra Trail, 100% recomendable a amantes de la montaña, de la alta montaña. Por lo menos una vez hay que hacerla, pero es durísima. Yo acabé pensando que si volvía era para hacer la maratón, que ya es bastante. Pero ya estoy pensando que repetir no estaría mal... pero en unos años, jejej.

Enhorabuena a la organización, sobre todo en temas de seguridad estuvieron impecables bajo mi punto de vista. Recorrido espectacular (seguro que no se quedó ninguna cima por subir???), y duro; que parece que es lo que busquemos. Los voluntarios también estuvieron de 10, muy atentos y expuestos a las condiciones climatológicas de viento y frío, que aguantaron con humor. Y por último, felicitar a cada uno de los participantes que estaban en la salida de esta prueba, tanto de la maratón como de la Ultra. Tela, tela...

(Fotos de Miguel Flor, Juanlu Morales, Revista Trail, NacioMuntanya.cat, elnou.cat y Sportfoto)