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martes, 5 de agosto de 2014

Ehunmilak 2014, cuando el sueño empezó a convertirse en pesadilla

En esta crónica no voy a contar como decidí plantearme este reto/locura, ni todo lo que lo he preparado. Podéis leer cualquier post anterior, ya que desde enero, justo tras retirarme de la GR-10Extrem, todo lo que he hecho deportivamente ha ido encaminado a poder cruzar la meta en la Ehunmilak 2014 y poder cumplir ese sueño, el sueño de las 100 millas. Pero el destino es caprichoso y no quiso que lo cumpliera en Beasain...

Jueves 10 de julio, salgo de viaje hacia Beasain con un grupo de Parotets que me acogieron en su coche (Juan, Paco, Isaac y su mujer). Llegamos tarde, casi a las 23h allí, donde estaba Gorka para recogerme e ir a su casa a Plentzia (a 1 hora), para dormir y descansar. Entre el viaje, cena y charlas; casi a la 1 me acosté.

Viernes 11 de julio, como es costumbre casi todos los días de la semana, a las 6:30 despierta. Pero hoy no!!! Necesito y tengo que dormir más. Así que cierro los ojos con fuerza y me obligo a quedarme en la cama hasta casi las 9. Logro dormir un rato más, menos mal; que me esperan 2 noches en vela! (eso creía).


Tras desayunar, recoger, preparar la mochila... llegamos justos a Beasain a recoger el dorsal. El "paseíllo" para recogerlo ya demuestra lo bien que lo hace esta organización. Varias mesas, y en cada una de ellas te paran para una cosa: recogida de dorsal, toma de datos de teléfono de urgencia, revisión de material, chip, pulserita de todo incluído, vaso y camiseta!! Lo malo es que como iba acompañada de Gorka, me dieron el modelo de hombre; con lo chulas que eran las de chica con tonos fucsia!! :(




Vamos a comer al palacio de Igartza, donde nos encontramos con la expedición alicantina: Vicente Sala (mi compi de la larga), Vicente Llorca, Santi, Fernando... qué buenos recuerdos tengo de la G2H 2011 cuando hicimos el viaje juntos. 


Tras comer, vamos a descansar un poco al coche; intento dormir pero pasa el tren cada dos por tres y es complicado. Además, los nervios desde principios de la semana no me los quito! Empiezo a cambiarme sobre las 16:30, mientras Gorka va a comprar una botella de agua para rellenar el camel back. Suena el teléfono y es de la organización, que quieren hacerme unas preguntitas antes de la salida; jajaja, pues yo encantada os responderé (si tengo la cabeza en el sitio). 


Termino de prepararme la bolsa y vamos hacia la salida. Mier...!!! los bastones! Volvemos a por ellos al coche, menos mal que me he acordado!

Con Hortensia, antes de la salida


De vuelta a la salida, me encuentro a Hortensia, otra valiente (o inconsciente??) que va a salir en busca de las 100 millas. Foto y vamos hacia el "corralillo", junto con Vicente, con el cual intentaré aguantar el máximo de km en carrera.

Con Juan y Paco, "els parotets" que me acogieron en el viaje de ida
Conforme bajamos las escaleras y pisamos la zona de salida, los nervios se van esfumando. Unas preguntas de los speakers, que no me acuerdo ni que respondí; y comienza la cuenta atrás. La salida de la G2H hace 3 años fue emocionante, pero esta vez Vicente y yo teníamos los pelos de punta! Además de un nudo en la garganta de la emoción. No tengo palabras, quien quiera saber lo que se siente, que suba al País Vasco a correr.

El ritmo es alegre, aunque al girar la curva empieza la cuesta arriba. Y seguimos corriendo, a ver quién es el chulo que se para!! Los vítores continúan, las palabras de ánimo... y nadie se pone a caminar! Saludamos al grupo de la G2H que en unas horas empezarán a correr también.



 Por fin salimos de Beasain y la gente empieza a caminar. ¡Lo necesitaba! Y allá que voy a desenroscar mis bastones para ponerlos "a mi altura". Y menudo chasco me llevé cuando vi que uno de ellos estaba pasado de rosca y no había forma de fijarlo. No me pongo negativa, sino que pienso que en el avituallamiento me lo pueden arreglar con algo: alguna cinta, venda, esparadrapo... lo que sea para acabar las 100 millas! Lo malo es que para ello hay que subir buenas pendientes con sólo un bastón.  No hace calor, pero sí muchísima humedad; y tanto Vicente como yo vamos tomando las sales de 226ers para evitar rampas. Y para colmo, sobre las 19h empieza a llover. Primero no nos ponemos el chubasquero, pero después aprieta un poco más y decidimos parar a ponérnoslo. Para que a los 2' deje de llover... en fin, esto parece que va a ser así. Y el terreno está muy embarrado, con bajadas resbaladizas y en la cual, llegando al avituallamiento de Mandubia, pruebo el terreno con una buena "culada". La mochila me amortigua el golpe, porque me doy en la espalda y me asusto un poco. Me levanto, veo que no hay nada grave y continuamos patinando cuesta abajo.

Primer avituallamiento en Mandubia, km 10 en 1h42'. Allí está Gorka y entre él y un voluntario, me arreglaron el bastón; y me lavé las manos, porque estaba de barro hasta las cejas!

Continuamos, camino a Zumarraga; pasando por el monte Izazpi... pufff, cómo me costó llegar allí arriba!! Bajada cómoda, y en poco más de 3h30' llegamos a Zumarraga, segundo avituallamiento. Y entrando al pueblo, viene el momento que marcó el principio del final del sueño. Al bajar un bordillo me giro el pie, llego a notar el "crack" y cojeo unos cuantos pasos. Voy en caliente y, acostumbrada a torcerme los tobillos en casi todos los entrenos que hago por montaña, no le doy más importancia. Entramos al polideportivo donde está el avituallamiento; llego con hambre y aprovecho a comer para coger fuerzas. Me tomo un ibuprofeno para evitar la inflamación del tobillo. Están Gorka, Merche y las hijas de Vicente; y tras unas fotos, salimos para no enfriarnos mucho.

No tardamos en ponernos el frontal; pero de momento no hace falta abrigarse ya que hay un buen tramo de subida, que vamos subiendo cómodamente. Una vez alcanzamos el que parecía el punto más alto, vamos llaneando y subiendo un poco. Llueve y hay niebla; pero hay zonas donde se puede trotar. Vicente va delante, y en una "mala pata" (otra vez), me apoyo con el bastón fuera del camino y me caigo casi un metro más para abajo sobre unas zarzas. No puedo moverme porque igual me caigo más abajo (y no sé qué hay bajo!!!), y además me pincha todo! "Vicenteeeee!!!  ¡Que me he caído!" Y empecé a alumbrar con el frontal para que me encontrara. Me ayudó a salir de allí, y con lágrimas de impotencia y rabia le dije: "La Ehunmilak no va a poder conmigo!" Él me decía que hoy no era mi día; y tenía razón. Desde la salida han salido las cosas fatal, cosas que no me han pasado nunca!! Así que tenía ganas de que fueran las 00h de la noche para cambiar de día, y dejar atrás este fatídico día.

Siguiente avituallamiento, Elosua km. 29 llegamos a las 23h36', con los animadores también allí. Mientras comía, los voluntarios me llenaron el camelback y los bidones. Esta es una de las cosas que recordaba de la G2H, qué atentos!!! Seguimos camino de Madarixa, siguiente avituallamiento. Estamos repartiendo la carrera en tramos cortos de avituallamiento en avituallamiento; y vamos muy bien (quitado de mi mala suerte!). La niebla es densa, y después del susto, no corro casi nada; ya que no se ve más allá de 1 o 2 metros. Tras pasar Madarixa la lluvia aprieta, justo antes de empezar a bajar una zona bastante peligrosa por lo resbaladiza que estaba. 

Primero un tramo de hierba con bastante pendiente, después piedras que resbalan, charcos, barro... ya piso donde sea, no me preocupo de bordearlos. Esta bajada tan irregular, junto con que el efecto del ibuprofeno iba pasando; hizo que al tocar el asfalto (1km hasta el avituallamiento) empezara a dolerme. No pasa nada, en llegar a Azpeitia me tomo otro ibuprofeno; el tobillo no está casi hinchado, por lo que no debe ser nada grave.

Gorka está esperándonos allí, son las 4h40 de la mañana y llevamos 3h de margen respecto al tiempo de corte. Así que optimistas, comemos algo, bebemos y pretendemos salir. Bueno, yo pretendía salir; Vicente podía salir. Los primeros pasos tras levantarme los hice cojeando; pero creo que cuando se caliente un poco dejará de doler. Me ponen reflex en la Cruz Roja y salimos los 3 hacia fuera del pueblo. Voy caminando, esperando calentar. Pero caminando me duele mucho el tobillo, Vicente poco a poco se me va yendo y a mí poco a poco se me viene el mundo abajo... No puedo seguir así, y no dejo de llorar. Berrinche de los buenos, que luego pienso que no era para tanto; pero en aquel momento sí. 6 meses preparando esta prueba, totalmente capacitada para acabarla tanto mentalmente como físicamente (tras las sensaciones al acabar la Emmona), y se tiene que acabar así... Sin cumplir ese sueño de recorrer las 100 millas del País Vasco. 

Tanto la organización como la Cruz Roja se portaron genial conmigo, también visité el hospital de Zumarraga para comprobar que no había nada roto. El sábado estuvimos viendo y animando a corredores, siguiendo a Vicente; y el domingo emocionándome viéndolo cruzar la meta. ¡Qué grande! 

Yo decía antes de la carrera que salvo inclemencias meteorológicas o lesión, iba a acabar esta carrera. Y tuvo que ser por lesión... Ojalá el año que viene pueda volver, pero es un año entero; son muchos km, horas de entreno y sacrificio; y por motivos laborales no sé si podré dedicarme tanto a ello. 

Agradecer de nuevo a voluntarios, Cruz Roja, organización, a Vicente por aguantarme esos más de 50 km de mala suerte, a Kiko por ponérmelo fácil para entrenar, y sobre todo a Gorka por acompañarme ese intenso fin de semana. No quiero dejarme a empresas y amigos que han confiado en mi sueño; aunque no haya podido cumplirlo (aún!!!): Unión Alcoyana, Go - Trail, Running & Triatlon, Trail & Climb y 226ers.

Y sin dejarme a cada un@ de vosotr@s que me anima por facebook, por twitter, por whatsapp, y en persona!! Miles de gracias, hacéis que cada km cueste menos de recorrer! Espero pronto volverme a poner las zapas y seguir corriendo hacia mi sueño!

(Agradecer las fotos de Avernotrail, Santi, Vicente, y Juan).