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domingo, 15 de noviembre de 2015

UTMB: Courmayeur-Chamonix, sueño cumplido!

Salgo del avituallamiento de Courmayeur a las 10:31h del sábado, casi una hora he estado allí reponiendo fuerzas. Pasamos por una plaza donde hay gente animando, después por una cuesta de asfalto donde hay una fuente y aprovecho para refrescarme (es temprano y ya hace calor... la que nos espera!), y tras eso cogemos la senda que ascenderá al refugio Bertone. 

No son muchos km, en concreto menos de 5km, pero sí que hay desnivel, algo más de 800m positivos. Con lo que se convierte en un km vertical en a mitad de carrera!! Eso sí, no lo hice con la intensidad con la que suelo hacer los verticales, jejejjeje. Llegué al refugio, me refresqué y continué sin detenerme demasiado. Ahora venía un tramo llano hasta el refugio Bonati. 
Un balcón espectacular teniendo el Montblanc todo el rato a nuestra izquierda. A ratos corría, otros caminaba, otros hacia fotos... quería llenarme de todo lo que estaba rodeándome. Llegué al siguente refugio a las 13:20 del mediodía, y también había bastante gente allí animando. Comí algo, rellené bidones y me refresqué. El siguiente avituallamiento no está muy lejos, a 5km, así que allí ya comeré algo más sólido.

La bajada a Arnuva estaba chula, zigzageando 300 metros hacia abajo y ya entré en la carpa, a las 14:19h. Hacía mucho calor dentro, pero fuera no había sombra y era casi peor. Comí algo de pasta o arroz (ya no recuerdo), pan, fuet, queso, fruta... parece mucho, pero llevo 20 horas de carrera y el cuerpo pide gasolina. Además, por delante tenemos la subida al Gran Col de Ferret, con otros 800m+ en poco más de 4 km. Con calor, con el sol pegándonos de pleno, a la hora de la siesta... qué tentación era ver la hierba al lado del camino, e incluso algún corredor tumbado descansando o durmiendo. Este tramo lo pasé mal, sueño, cansancio, calor... no llegó a darme una pájara, pero me costó casi dos horas llegar hasta el collado. Habían algunas fuentes donde bebían los caballos o ganado donde hacíamos cola para mojar la visera o refrescarnos la cara. Sí, aunque parezca mentira, tras 100km de carrera aún se seguían haciendo tapones en algunos puntos.

Siguente punto de control y avituallamiento a 10km, pero todo de bajada. Me encuentro bastante bien, las piernas fuertes, y tardo poco menos de 1'5horas en llegar. 

Además, adelanto a casi 70 corredores en esta bajada! Son ya las 17:31h de la tarde, ya he sobrepasado el tiempo máximo que había estado en carrera nunca, pero estoy igual de motivada o más que al principio. El avituallamiento de La Fouly está en una carpa, y antes de que me cojan ganas de descansar, salgo de allí y continúo; quiero llegar al punto de Champex Lac donde por fin estará Kiko y ya descansaré allí un rato más. Pero para llegar hasta allí aún hay que recorrer 14km con 600m negativos y otros tantos positivos, que con 110km en las piernas se traducen en casi dos horas y media. En este tramo coincido con un corredor de Andalucía y otro catalán, y vamos charlando los tres, así la subida interminable a Champex Lac se hace un poco más amena. En esta subida hay muchas figuras taladas en los troncos con formas de animales, esto no ayudará mucho a las visiones que puedan tener los corredores cuando pasen por aquí la segunda noche... jejejeje

Por fin oímos los gritos de ánimo y los aplausos de la gente que había en el pueblo. Veo a Kiko y me acompaña casi un kilómetro que falta hasta llegar al avituallamiento. ¡¡Qué ganas de verle!! Él iba siguiéndome a través de los mensajes que le enviaban cuando pasaba un punto de control, pero no habíamos hablado desde esta mañana. Primero me cambié de ropa y me puse ropa seca. Después comí lo que me había preparado Kiko. Le dije que me apetecía arroz con leche y melón... y allí lo tenía! ¡¡Es un amor!! Lo comí con ganas, ya que al final comer lo mismo en todos los avituallamientos cansa! Después me vino un bajón tremendo, llevaba ya 26'5 horas de carrera, y encima empezaba a anochecer. Así que sentada en la mesa, apoyé la cabeza y cerré los ojos. No llegó a media hora, ni llegué a dormirme, pero me ayudó a descansar un poco la vista e intentar hacer un reset. Después me lavé la cara, los dientes, me puse las lentillas (para ver mejor de noche, aunque para lo que hay que ver!!) y salimos de la carpa. Estuve parada 1h20', ni miré el tiempo en ese momento, iba bien de horarios de corte y era lo único que me importaba. La salida de Champex Lac iba por al lado de un lago que no se veía de noche, aunque en videos lo he visto de día, es muy bonito. Kiko me acompañó algún km, hasta que salí del pueblo y la oscuridad se hizo. Y llegó la hora de la verdad, el afrontar la segunda noche. No tenía sueño de momento, esa mini siesta me había ayudado. Pero cuando empezó la primera subida empecé a notar el cansancio. Era una subida bastante técnica para llevar tantos km en las piernas. Además, muchos tramos cruzábamos riachuelos, o cascadas... con lo que las piedras y el terreno estaba muy húmedo. Y era un bosque cerrado, la luna no se veía.Y tenía sueño... me puse música, intentaba concentrarme en ella y en avanzar. Por suerte el último tramo de subida se abre y vemos la luna. Y me empiezo a animar. Me parece ver una casita arriba, por lo que creo que no debe quedar mucho más... al final no es una casita, es el reflejo de una de las marcas, yo creía que sería una ventanita con luz y alguien esperándonos! Pero aquí me animo y me despejo, y pronto llego al punto de control. 11'1km desde Champex Lac y 865m+ en casi 3 horas. Muuuy lenta, sí, pero mejor avanzar lenta y segura :P Ahora bajada hasta Trient donde está Kiko, 5'5km y 500m de desnivel negativo... aunque el mayor número de metros negativos están acumulados al final, por favor, qué bajaditas infernales!!!!

Llego a Trient y ya está Kiko esperándome. Está haciendo minisiestas, se pone el despertador para verme llegar, pero siempre se despierta antes de que le suene... su ultra es casi más duro que el mío! Es la 01:06 de la mañana del sábado al domingo, ya empiezo a perder la noción de cuando era “esta mañana” (para mí era el viernes por la mañana). Tomo un poco de sopa con fideos, algo más y lleno los bidones. Le vuelvo a preguntar por Rafa, mi esperanza era encontrarlo en algún avituallamiento esta segunda noche y no ir solos los dos. Pero me dice que cuando llega no ve a Rebeca, así que irá bastante delante de mi. Me alegro, eso es que va bien!

Casi media hora después salgo de allí, parece que con las pilas cargadas, aunque sólo parece... es adentrarme de nuevo en la oscuridad del bosque y empezar a cogerme muuuucho sueño. Me pongo música alegre, con la que estaría bailando en otra ocasión, pero ahora bastante hago poniendo un paso detrás de otro. Y canto, en voz alta, me da igual que me escuchen los demás... total, no me conocen ni me entienden!! Canto la canción de “Hacia lo salvaje” de Amaral. Me da mucha fuerza esa letra, aunque nadie me haya dicho nunca que no sea capaz de algo, yo misma me lo digo a mí: “Cada día era un regalo, libre de sol a sol. La montaña fue su salvación y entre las fieras, se crió... Y en los árboles escucha voces de tiempos remotos, ha elegido caminar HACIA LO SALVAJE. No tenéis ni idea de lo alto que puedo volar... cada golpe que le dieron era una cuenta atrás, y ahora corre hacia el bosquel, su fortaleza, su nuevo hogar” ¿Qué mejor canción? Ahí estaba yo, tras más de 30horas de carrera, sola, en la oscuridad, sólo porque yo lo había elegido, había elegido caminar hacia lo salvaje. Por suerte, no escuché voces de los árboles, si no sí que habría corrido... jajaja

Otra canción que canto y que me pongo para intentar no dormirme es “Lo que te hace grande”, de Vetusta Morla. No me considero una persona grande o gran persona, pero objetivamente sí que estaba haciendo algo GRANDE. Algo que honestamente creo que mucha gente sería capaz de hacer, pero para lo que se necesita querer hacerlo, y no todos quieren (y por supuesto, más que respetable, faltaría más!!). Por eso le quito mérito al reto, porque pienso que si alguien quiere, lo consigue. Pero me encanta escuchar esta canción que descubrimos Kiko y yo viendo videos de Valentí Sanjuán, otro loco motivado. Y que Raquel nos dedicó pocos días antes de esta carrera a Rafa y a mi.

Canto, camino, miro el gps y los km no pasan... y solo quiero dormir. Esta segunda noche se está convirtiendo en una pesadilla, en una única lucha entre el sueño y yo. Me da igual subir, bajar, llanear... sólo tengo que luchar contra las ganas interiores que tengo de dormir, y supongo que necesidad también. Hay gente durmiendo al lado del camino, qué envidia me dan... ¡¡yo también quiero!! Pero Kiko me ha dicho que por lo que más quiera que me espere a llegar al avituallamiento, que no me acueste por ahí porque igual no escucho el despertador y me quedo allí hasta mañana! Así que sigo mi particular lucha contra el sueño, deseando con todas mis fuerzas llegar arriba para despertarme en la bajada. Son “solo” 4'8 km de subida y 800m de desnivel positivo, y me cuesta hacerlo 1h45'. Punto de control en la Catogne, donde hay un refugio y un corredor durmiendo al lado de una hoguera que habían hecho los voluntarios. ¡Joerrrrr! Yo también quiero! Venga Jessi, concéntrate y vamos hacia bajo. Canción de “Qué bien” de Izal y a silbar y a cantar! Pero por mucho que silbe y cante, mi cuerpo está adormecido y me duermo hasta en la bajada... 1h15' me cuesta llegar hasta Vallorcine, en un descenso de 5km y 700m negativos. Telita con las bajadas... de esta las aborrezco!!

Llego al control a las 4:30 de la madrugada, y le digo a Kiko lo que he pensado desde que he salido del otro refugio hacía más de 3 horas, que hasta que no se haga de día no salgo de allí. Creo que pese a tener sueño, la luz del sol me despertará y hará que me despeje, y como voy bien de tiempo, a Kiko le parece perfecto. Como algo de sopa y me tumbo en un banco con la cabeza apoyada sobre sus piernas. No quiero ponerme demasiado cómoda porque si no luego me costará el doble continuar, y sólo quedan 20 km de carrera! Consigo relajarme y dormir algunos minutos, aunque no dejo de oír a los corredores a mi alrededor. Según me dijo Kiko, habían corredores que llegaban y se me quedaban mirando con cara de envidia, justo lo que sentía yo cuando veía a los que dormían por el camino! Estuve unos 40 minutos descansando, y a las 5:42 salí del avituallamiento. Al poco de salir ya me pude quitar el frontal, empezaba a clarear aunque el sol no había salido aún. ¡¡Qué subidón!! 

Kiko se acercó a verme pasar por un collado y ya nos despedimos hasta meta. ¡Meta! ¡Qué bien sonaba! Tras despedirme de él, conecto los datos del teléfono móvil, ya que en toda la parte de Suiza es carísimo y no me conecté. Iba con las pilas cargadas, pero cuando recibí los más de 900 mensajes entre todos los grupos, mensajes privados... puff!! menudo subidón! Empecé a enviar mensajes de voz contando mi (mala) experiencia esta segunda noche, y cómo había conseguido más o menos superarla. Pronto las guerreras empezaron a darme ánimos (otras que tampoco durmieron mucho). Grupo de familia, amigos... me emocionaba mucho saber cuánta gente estaba siguiendo este reto y cómo los había conseguido hacer partícipes de mi ilusión. Venía una subida técnica, pero con la luz del sol todo parece diferente. Además, tenemos al gran Montblanc a justo enfrente. Qué precioso amanecer!! Siguiente control en la Tete aux vents, 7'7 km desde Vallorcine y 873m de subida donde llego a las 8 de la mañana. Sólo queda un control más y el siguiente ya es Chamonix! Llegar hasta el refugio de La Flegere se hizo largo, demasiado largo, aunque sólo fueron 3'5 km desde el control. Oscar “elpu.. amo” me dijo que estaba esperando verme pasar en directo por la Flegere, y le dije que esperara que iba a saludarle. Y así lo hice... porque no se me ocurrió antes, porque si no en todas las cámaras me habría parado a saludar! ¿Tú sabes qué recuerdo más chulo se queda luego? Jejeje 


A las 9 de la mañana del domingo pasé por el control, saludé, comí algo y ya me lancé hacia Chamonix. No iba a ser fácil, la bajada tiene bastante pendiente (800m negativos), y ya llevo 162 km en las piernas... 162!! ¡¡Pero sólo quedan 8!!

Pues ya no me queda otra que darlo todo. Ni haciéndolo adrede me sale, quería llegar a las 10 a Chamonix, que ya habría ambientillo... y voy a llegar a esa hora! Empieza la última bajada. Al igual que en los últimos 90 km, me duelen los cuádriceps y bastante los dedos gordos de los pies. Y desde la mañana del sábado que me voy repitiendo siempre que me duele algo: EL DOLOR SÓLO DUELE (frase tomada prestada del libro de Scott Jurek). Y con eso he ido superando kilómetros y dolores... mientras no sea lesión, el dolor es pasajero!

Los últimos km son por pista, nos vamos cruzando con gente que está caminando y animan mucho. No tengo ganas de correr, pero me obligo a ir trotando. Otra de las frases que me he repetido mucho en esta carrera y que sale del libro de "Correr, Comer, Vivir" (y que Chiqui del Aper también la gastó el año pasado en el Tor de Geants): EN OCASIONES HAY QUE HACERLO Y PUNTO. Y ahí estaba yo, corriendo y pasando kilómetros. Sólo voy pensando en que lo he conseguido, que ya está hecho! Me emociono, pero sé que si empiezo a emocionarme ahora lo pasaré mal hasta cruzar la meta. 

Llego al pueblo y me guardo los bastones en la mochila, y al poco veo a Kiko con una sonrisa casi más grande que la mía. No sé cuantos km hay hasta meta, quizás uno o dos, pero quiero disfrutarlos. Vamos juntos corriendo, a un ritmo que me parece hasta rápido, jajajaja Es emocionante, recorrer el pueblo, ver a algunos corredores conocidos, otros que no te conocen pero te aplauden, el público en general, los niños... Y finalmente giramos la calle que lleva al arco de meta. Pensaba que iba a entrar llorando, pero era tanta la alegría que tenía encima que no pude llorar.

40H07'05'', 170km, 10000m desnivel positivo, posición 726 de la general y 26 femenina.

Crucé la meta, me abracé a Kiko y de pronto tuve una sensación contradictoria de mucha alegría y al mismo tiempo de vacío... ¡Pues ya está! Eso me dije. Pasé a recoger el chaleco finisher y nos sentamos en un banco. Ahí, en la plaza de Chamonix, justo donde 40horas antes había empezado mi sueño, empezamos Kiko y yo a asimilar que lo habíamos conseguido. Porque había sido una carrera de dos, sin su apoyo antes y durante la carrera, no lo habría conseguido. Y ambos nos echamos a llorar. Y a sonreír al mismo tiempo. 

Allí estábamos, los dos habíamos conseguido el sueño de las 100 millas, por fin se había hecho realidad!


Tengo mucho que agradecer a mucha gente. Ya he dado las gracias por Facebook a muchas personas, pero quiero volver a hacerlo y no me cansaré de agradecerlo. Primero a Kiko, sin él nada habría sido posible, un apoyo incondicional. Después a mi familia, que sufre tanto o más que yo... qué paciencia tienen con esta hija/hermana/sobrina/nieta/cuñada “rara” que les ha salido... A mis amigos “de toda la vida”, sí, esos que tengo desde el cole. Siempre quedan un poco al margen de mi tema deportivo, pero con el sueño de la UTMB me dieron muchos ánimos y se lo agradezco de verdad. A las guerreras, que en cada entreno y en cada carrera han estado motivándome muchísimo. A tod@s los demás amigos y amigas del mundillo runneador, y a los que no son runners y también me han seguido.

Y como no, a aquellos amigos colaboradores que me han ayudado en todo lo que ha estado en sus manos para conseguir mi sueño: Saúl, de SR Sport & Training; Carlos, de Trail&Climb, Jesús y Dani, de 226ERS y Pau de Pau&Pi. Un orgullo haberos tenido tan cerca!

Felicitar a Rafa, que lo consiguió con un tiempazo, acompañado de Miguel Angel Cayuela y Jose Miguel de A To Trapo. A Yolanda, que fulminó el récord máster femenino de la prueba! Y a todos los demás finishers que conozco, que para no dejarme a ninguno mejor no los nombro, pero que ya os felicité en su día.


Esto no es una despedida... es un continuará!! Mientras mis piernas y mi cabeza lo permitan, no pienso dejar de correr. Me da sonrisas, adrenalina, me hace #VIVIR, superarme, conocerme, es una terapia... si no lo has probado, corre a correr!!!!